sábado, 13 de marzo de 2010

EL CAMBIO
ORGANIZACIONAL Y LA GERENCIA DEL SIGLO XXI
Por: Miguel Ángel García Ágreda

El Proceso de Cambio Organizacional

El proceso de cambio en las organizaciones viene a ser como una especie de palanca transformadora donde todos las personas integradas o que pertenecen al grupo deben estar preparados para asumir los nuevos retos, puesto que en la mayoría de los caso el cambio llega sin avisar provocando inestabilidad e inseguridad dentro de la organización.
En la adaptación hacia los cambios muchas veces lo que hacemos es aferrarnos y resistimos a lo innovador por no estar preparado gerencialmente para él, sobrellevamos los ritmos, lidiamos con la gente, estamos a la cola o simplemente nos cerramos al futuro sin implicarnos con lo desconocido.
La clave de aceptar las transformaciones consiste en que todos estemos comprometidos con él, siendo parte de ese cambio, como personas que vivimos en valores, con creencias y actitudes. He aquí el importante papel que desempeñará el gerente el cual “debe liderar el cambio mismo, convirtiéndose en un visionario, un estratega y en un excelente comunicador e inspirador de todos aquellos aspectos que involucren a la organización y la orienten hacia la el éxito” (Caracaipa, 2001)
En el cambio organizacional el entorno es uno de los aspectos más relevantes debido que los gerentes deben atender las situaciones diversas bajo enfoques sistémicos, no de forma dispersa, de tal manera que garantice el éxito de la organización, siendo absorbidos todos como talentos humanos en constate transformación de nuestra cultura organizacional.

Gerencia del Siglo XXI

La administración como ciencia ha estado evolucionando a través de las diferentes épocas desde los albores de la humanidad cuando los seres humanos comenzaron a ponerse de acuerdo en la realización de objetivos comunes que individualmente no podían alcanzar, convirtiéndose en acciones premeditadamente planificadas y racionalizadas.
Estos esquemas han sido superados surgiendo otros paradigmas que plantean ya no la “uniformidad” que permite la simplificación de los procedimientos administrativos, sino que ahora con los nuevos enfoques de una gerencia revolucionaria que no hace resistencia a los cambios, se adelanta transformando el contexto en oportunidades para aprender, consolidando la organización con el objeto de perdurar en el espacio y en el tiempo.
Según Mónica Figueredo, señalado por Mora (2005), en Organizaciones Competitivas del siglo XXI, las organizaciones del futuro deben caracterizarse por estar orientadas hacia el conocimiento; con personal proactivo, de alta adaptabilidad y flexibilidad, creativos e innovadores, capaces de gestionar proyectos, satisfacer los deseos y gustos de los clientes y lo más importante: estar comprometidos con el cambio.
Las organizaciones en el siglo XXI no sólo están obligadas a seguir produciendo nuevos beneficios sino que deben innovar en todos sus sistemas, incorporando los adelantos tecnológicos y de capacitación de talento humano, convirtiéndose cada vez más cooperativa con la orientación de de hacer mejor lo que los otros también hacen dentro de una comunidad globalizada.
La integración de las economías a nivel mundial ha permitido, viendo unas de sus ventajas, desintegrar las fronteras geográficas y políticas, siendo aprovechadas por las organizaciones para obtener amplia competitividad y cooperación entre las naciones o comunidades mundializadas.
Ante estas tendencias o comportamientos de los cambios que mundialmente están en pleno desarrollo, las estrategias de las empresas deben estar orientadas en las realidades de las necesidades de la gente, sus culturas, sus imaginarios que vienen y van más allá de sus propias generaciones, pensando en el futuro de la temporalidad de las sociedades que conforman el planeta, por la equidad y la justica social, con el fin supremo de mantener sosteniblemente nuestra morada universal.
Los desafíos dentro de esta Era obligan a las organizaciones a reconocer que una clave para tomar decisiones y generar procedimientos innovadores es mejorar los sistemas de información y por supuesto, esto no sólo depende de las tecnologías, sino de la gente, de cómo el conocimiento se transforma en capacitación de los trabajadores: valor del talento, valor de la información y la investigación y valor del trabajo en equipo.
Igualmente, los retos obedecen a la innovación, diversificación e integración de las estrategias que utilicen las naciones para impulsar los cambios en la comunidad global, apoyándose las organizaciones en sus objetivos coincidentes así, como también, en los intereses políticos y sociales en un marco de estilo de desarrollo sostenible de la sociedad mundial; es decir, las empresas y organizaciones del futuro deberán estar conformadas dentro de un modelo comunitario, participativo, cooperativo, sin jerarquías, haciendo propia la consigna: “pensar globalmente y actuar localmente” y en democracia (citado por Rojas y otros,2008).
Siguiendo a Rojas, la nueva ola de cambios se revela dentro de una realidad histórica concreta protagonizada mundialmente por las empresas, las organizaciones y las transnacionales cuando cada vez más se impone un discurso de acciones que dejan referencias epistemológicas sobre temas como la ecología política, ecología económica, la bioética, la biotecnología, la sociobiotecnologia, y la biopolítica; y concluye este autor, que la riqueza de las empresas de La Cuarta Ola viven un proceso de universalización de la certificación de los capitales, de la internalización de los costos sociales y medio ambientales que están implícitos en todos los intercambios o negocios; esta responsabilidad social, afirma, es un abanico que interroga sobre las intemperancias de lo que ha sido la Tercera Ola : ¿Qué están haciendo las empresas para mejorar la salud del planeta?
Según Olivo (2008), citando a Lozano (2005), la nueva gerencia transformacional y estratégica plantea que el clima organizacional debe estar centrado en las personas, orientado en varios ejes que implican la comprensión filosófica, lo metodológico, lo estratégico, lo psicosocioantropoético, lo ambiental, lo económico, lo político y psicoeconómico.
Esto pudiera interpretarse que los problemas de los seres humanos, sus enfermedades, la muerte del planeta, la felicidad como la pregonaba Platón (propiedad del alma entera, no como una recompensa material sino más bien como el resultado de dicha armonía), es la falta de sentido personal y para remediarlo no hay que acudir a médicos sino a los filósofos, al sentido espiritual alejado de todos los hombres en este momento tan crucial para la supervivencia de todas las especies vivas.


Referencias electrónicas


Caracaipa, L. (2001). Gestión del cambio (Documento en línea). Disponible
en :http://www.gestiopolis.com/canales/gerencial/articulos/15/cgco.htm
(Consulta: 2010, marzo 13).

Mora. (2005). Competitividad (Documento en línea). Disponible en:
http://www.gestiopolis.com/Canales4/eco/orexitosas.htm#mas-autor
(Consulta: (2010, marzo 13).


Referencia hemerográfica

Rojas y otros (2008). Papel de trabajo presentado en la cátedra de postgrado que dictó el Prof. Félix Olivo 2008, CULTCA. Del libro: La Cuarta Ola de Maynard Herman y Mehrtens Susan (1996).